Navidad desterrada

1 diciembre 2006
"¿Es lógico que un colegio público de Zaragoza elimine las celebraciones de Navidad con objeto de no molestar a los alumnos de otras culturas?"

Esta frase escuchaban mis oídos proveniendo de una radio cuando volvía a casa, a eso de las tres de la madrugada en un taxi. No era mi primer contacto con la noticia, pero el locutor siguó aportando información:

"El Presidente del gobierno José Luis Rodríguez Zapatero al enterarse de la noticia dijo que le sorprendía, y la ministra de Cultura que le parecía fascinante." "A mí también me parece fascinante" declaró el locutor. Esta mañana traté de adivinar si el locutor lanzaba la ironía en su frase, pues mientras iba en el taxi, a unos tres minutos de llegar a mi hogar, quería opinar yo también en voz alta y discutir con el taxista, pero algo me echó para atrás.

El debate en cuestión toma ahora para mí una doble vertiente. Por un lado el tema que le dio origen, la supresión en el colegio público de Zaragoza de la Navidad por no molestar a miembros de otras culturas, y por otro lado la actitud de nuestros gobernantes.

Comenzando por el primero: mi tradición forma parte de mi identidad, la cultura de mi pueblo también es mi cultura, ¿por qué ha de suprimirse? Considerar la Navidad como un acto católico ya queda muy lejos para algunos, se ha consolidado como una tradición, que más sirve para reunir a la familia que para rezar. Yo no desearía ni deseo que en los colegios de Israel dejase de celebrarse Januka, no solo por el respeto a su tradición y cultura, sino porque la diferencia enriquece la vida y las diferentes manifestaciones del hombre a lo largo de la historia, dando respuesta a sus necesidades, consolidando tradiciones, creando vínculos de union...todas y cada una de ellas son enriquecedoras para el ser humano. Ser partícipe de ello, ser parte de una pequeña parte de la humanidad, de la multiculturalidad me llena de orgullo. No sé que enseñarán en ese colegio, pero divulgando a sus alumnos valores como el respeto, la tolerancia, y a conocer distintas culturas, no veo porque habría de dejar de lado a la tradición española.
El año anterior en este mismo colegio se suprimieron los villancicos con contenido religioso, perdonenme la risa, pero en el siglo XXI se censura: "Ay del chiquirrititín, chiquirrititín metidito entre pajas..." "Campana sobre campana, y sobre campana dos, asómate a la ventana que verás al niño Dios ¡Belén campanas de Belén!" "Ande ande ande la marimorena, ande ande ande que esta noche es buena..." Y lo más gracioso es que aquellos que aplican la censura se creen progresistas, en fin.
Pero nuestro querido Presi es genial, "sorprendente" le pareció esta medida, y a la ministra "fascinante". Me resulta más que fácil imaginar en la mesilla de noche de sus respectivas camas el "diccionario de palabras vacías". Curiosa forma de no tomar partido en un tema: sorprenderse. Cuando le comuniquen que en cierta localidad se va a cambiar el nombre de las calles con contenido religioso por resultar ofensivas a otras culturas ¿Qué contestará? Posiblemente: estoy anodadado. Podría seguir con palabras como asombrado, pasmado... aunque si buscamos en el diccionario de sinónimos "sorpresa" encontraremos también las acepciones de maravilla y admiración como sinónimos, y de manera análoga en "sorprender" aparcen los términos maravillarse, admirarse, y también impresionarse, extrañarse o asombrarse. Como antónimo de sorpresa aparece indeferencia, aunque no sé hasta que punto la sorpresa del Presidente deja de ser indiferencia, o la diferencia puede que esté en algún voto de más en las próximas elecciones de aquellos que estén a favor de desterrar la Navidad en favor de... contéstense ustedes. De todas maneras supongo que el 25 de diciembre y el día de Año Nuevo estos profesores o directivos estarán en clase porque ambos son lunes, y señores, seamos consecuentes con nuestras decisiones, si se destierra la Navidad Vd destierra los villancicos y destierra sus vacaciones.

Para todos los lectores mis mejores deseos para el nuevo año y pasen una FELIZ NAVIDAD.

Hasta nuestro próximo encuentro cuando en los carteles del colegio en Semana Santa sólo pongan Semana, cuando llegue un momento en el que al estornudar alguien esté prohibido decirle "Jesús", cuando la calle san Isidro intimide, o cuando declaren al Santo de Brasil una imagen ofensiva en las enciclopedias.
Un cordial saludo.
Laura Ramón Serrano