jueves, 11 de enero de 2007

LA MUERTE DE LOS DICTADORES

Por suerte, asistimos en la actualidad a la caída, no solo política sino a lo que trayectoria vital se refiere, de una saga de dictadores, genocidas o por lo menos jefes militares que mantienen o mantuvieron a su población bajo una constante censura ideológica y amenaza perpetua. Pinochet, Milosevic, Fidel Castro, Sadam Husseim…
Ante estos sucesos, una cascada de reacciones tanto de políticos como de periodistas se han cruzado “dependiendo” de la postura ideológica de cada uno. Supongo que como a mi, a muchos espectadores les habrá causado una grata impresión asistir al circo de declaraciones sin rigor alguno al que asistimos. No entiendo que si a Sadam Husseim no se le podía colgar de la horca, por qué toda la España democrática (incluidos los mas extremistas) han celebrado la muerte de Pinochet casi por todo lo alto. Por favor, acabemos con las posturas y declaraciones políticamente correctas. Si es bueno que Pinochet muera, por coherencia Sadam también. Solo pedimos que se mantenga una postura única, sin que el miedo ha decir algo, haga cambiar el discurso de quien sea, que para algo vivimos en una sociedad con libertad de expresión. Me dirán que no es lo mismo una muerte natural que un asesinato, una muerte, por cierto, conforme a las leyes del tribunal que lo juzgó. Y si realmente los políticos tanto se rasgan las vestiduras con una ejecución de este tipo que actúen y no sean solo meros comentaristas de la actualidad.

Andrés Recuenco

No hay comentarios: